4 PODEROSOS CONSEJOS QUE TE PREPARAN PARA LA BATALLA DE HOY

“Las batallas mas difíciles están destinadas a los mas valientes guerreros”

Cada día enfrentamos diversas luchas... y No tenemos un enemigo fácil de vencer... PERO podemos ir como David ante Goliat y los filisteos... sabiendo que en realidad su victoria no fue porque peleó bien... sino porque CREYÓ BIEN!!!

Las batallas continuas no las gana el mas fuerte ni el mejor preparado, sino el que en ningún momento duda que es Dios quien nos da la victoria.

Pensando en la cruda realidad que enfrentamos cada día, les comparto algo de mi lectura bíblica "Entonces Moisés les dijo: Si ustedes cumplen su palabra y se preparan para ir a la batalla del Señor, y si sus tropas cruzan el Jordán y siguen en la lucha hasta que el Señor expulse a sus enemigos, entonces podrán volver cuando el Señor haya conquistado la tierra. Habrán cumplido con su deber ante el Señor y ante el resto del pueblo de Israel. Y la tierra al oriente del Jordán será su propiedad de parte del Señor. Pero si no cumplen su palabra, entonces habrán pecado contra el Señor y estén seguros de que su pecado los alcanzará. Adelante, entonces, construyan ciudades para sus familias y corrales para sus rebaños, pero cumplan con todo lo que prometieron." Números 32:20-24.

¿Qué seguridad tenemos de ganar en cada batalla?

Sabemos que los cristianos y todas las personas estamos continuamente en guerra contra el mal, que los mas crueles enemigos son el diablo, el mundo y nuestra carne y que los campos de batalla mas vulnerables son nuestra mente, nuestra familia y nuestra iglesia. Por lo tanto, la única garantía de nuestras victorias está en el hecho de prepararnos nosotros mismos delante del Señor para tener victorias. Es imposible ir a combatir al enemigo sin armas y sin entrenamiento, sería un suicidio ir a la guerra sin estar adiestrado. Además, una cosa es prepararse, armarse humanamente para las batallas y otra completamente diferente es “armarse delante del Señor” para las batallas diarias.

¿Como estas armado hoy para pelear tus batallas? ¿Estás desprevenido de que tal vez hoy algo apele a tus apetitos carnales y te haga caer? ¿Habrá deleites en el mundo que compitan con tu realidad, tus valores, tus ideales y tus propósitos para desviar tu victoria? ¿Te haz armado para luchar contra el mismo diablo que quiere atraparte en la muerte espiritual, emocional y física?

Tengo 4 Consejos sencillos pero poderosos que te prepararán para la batalla de hoy, te prepararán delante del Señor, te equiparán para el campo de batalla contra el enemigo y te darán la victoria. 

1. Un verso de la Biblia que te asegure la victoria, como por ejemplo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” Filipenses 4:13, si puedes memorizarlo sería mejor.

2. Un pensamiento positivo que contrarreste a lo negativo que afrontaras hoy, ejemplo de eso sería reafirmar continuamente, esta declaración “Yo llevo la luz en un mundo de tinieblas y nadie lo podrá apagar”, cada vez que te ataquen los pensamientos negativos.

3. Una canción que resuene en tu mente cuando arrecie la batalla, “Mi Dios que va adelante se que conmigo está, Jehová de los ejércitos a mi lado siempre está…” "De Quien Temeré", es una de mis canciones favoritas de guerra espiritual, cántala y escúchala continuamente. https://youtu.be/6fIDXbQYvHA

4. Una promesa de recompensa después de la batalla, “A los que aman al Señor, todas las cosas nos ayudan a bien…” Rom 8:28. Saborea la alegría de la victoria, repitiendo esta promesa divina para encontrarle propósito divino a tus batallas terrenales.

Ahora puedes salir a tu campo de batalla con la confianza de haberte armado bien delante del Señor para tener la victoria y recuerda que algunos de los principios centrales que subyacen en las leyes de la guerra son: "Las guerras deben ser llevados a su fin lo más rápidamente posible."

Finalmente, si cumples con estas recomendaciones te aseguro que así como le dijo Moisés al pueblo de Israel, pasará también contigo: "Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos." Exodo 14:14

Mucho Cariño,

Clotilde Julca